18/4/11

otro cuento sin moraleja

Luchar por la paz. Acostarse varias veces al día para predicar acerca de la pureza. Tomar todo tipo de drogas para hablar de la conexión legítima del hombre consigo mismo. Paradojas que no vale la pena comentar y que cuando uno recién ingresa a la universidad no encuentra motivos para evaluar. Sueños que viajan por el desierto en globos aerostáticos, ideas en las que los cachimbos coinciden fácilmente en fiestas de cachimbos y así se conocieron los dos cachimbos en cuestión. Cuando a Luis le preguntaban por qué eligió la Católica, respondía que no sabía qué iba a estudiar. Es decir, en su carné universitario decía Psicología. Carolina oscilaba entre Literatura, Comunicación para el desarrollo, Sociología; le tentaba demasiado la última opción pero es demasiada realidad Nuevo Pachacutec, Villa Retamas, hasta Gamarra. Todo lo que ella necesitaba estaba a menos de diez cuadras (quince si se iba al malecón) en su departamento frente a la vía expresa en Miraflores, a veces con sus amigos a Barranco. Pero para saber este tipo de cosas se necesita estar un rato más en la universidad: Luis y Carolina eran cachimbos y qué vas a estudiar? No sé, estoy viendo, no estoy seguro, etc. Oye fumas hierba? Quién no ha ido a las canchas de fútbol a fumar un bate. Nunca falta algún recién ingresado fumonazo para malograr a todos sus amigos. Obviamente que es la moda y obviamente que Luis fumó y le gustó y siente que su perspectiva es total, que es diferente, obviamente que Carolina linda como es no ha probado las drogas pero como quiere estudiar Sociología sabe (cree) que tiene que probar de todo un poco entonces le dice que ya y se juntan en la clásica mancha de 15 personas porque nadie puede perderse una fumada y ya están todos riéndose y haciéndose los idiotas y oye no siento nada. No te preocupes Carolina que las primeras veces no pasa nada, cancheraso. Si quieres hay que juntarnos el próximo fin de semana y fumamos de nuevo. Entonces Luis le pide a su amigo el malogrado previamente mencionado que le arme un wiro (en la etapa preliminar solo los más prácticos saben hacerlo y Luis no es un chico práctico) y ya con el wiro armado y bien escondido metido entre la ropa en el cajón de más al fondo para que mi viejita no me vea espera hasta el viernes y se van a fumar al parque, en este parque no porque hay una señora al otro lado paseando su perro entonces al fin encuentran un parque vacío y caletaza hay que fumarlo al toque y nos vamos por ahí. Y entonces Carolina loquea pero gracias a dios que no le da la pálida, y entonces empiezan a escuchar Animal Collective PJ Harvey Flaming Lips y ala mierda estoy estonasa.

Y como era de esperarse a los 4 meses ya son sexualmente activos el uno con el otro y un día en una reunión después de fumar en pipa se meten a un cuarto y Luis no tiene condón. Todo bien no importa no pasa nada igual es más rico pero dos meses después Carolina se aparece llorando y no le viene la regla. Y qué hacemos pregunta Luis con la cabeza a punto de partirse en dos. Y Carolina no puedo tenerlo pero no puedo abortar, la gente se muere abortando, es ilegal, no puedo, no puedo, mi papá no puede saber. Luis lo piensa bien, lo medita y se acuerda de tanta novela que ve en las que la mujer embarazada se cae por las escaleras o el carro choca y pierde al bebé. Podríamos perder al bebé dice Luis con el esbozo de una sonrisa. Carolina perpleja. Luis saca un bate de béisbol. (Así de perdido está este chico en el Perú). Con un par de golpes a lo mejor lo logramos, te va a doler un poco pero valdrá la pena. Carolina perpleja. Lo hacemos? Carolina perpleja. Me vas a tener que amarrar a la cama, porque sino no me voy a dejar. Entonces Carolina amarrada en la cama y es el vacío de los ideales ahora lo que entra en el juego. El hombre primitivo que no concreta sus ideas. Sale a cazar y regresa y le pega con el mazo a la mujer. No hay respuesta para mi futuro, las drogas no me dicen qué tengo que hacer, no puedo concretar nada. Tú no me estás dando las respuestas que necesito. ¿Por qué no me das las respuestas que necesito! La sangre que tiñe el colchón, el pus que sale de la boca. Carolina grita pero Luis está gritando más fuerte, pegando cada vez más fuerte, en la caverna el hombre no se da cuenta y no sé, no estoy seguro, estoy viendo.

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