11/10/11

una cerveza

-Hola. He pensado mucho acerca de lo que te iba a decir cuando nos viéramos. Al comienzo pensé decirte "cómo te llamas", pero, al final, ¿qué es un nombre? Es una pregunta que al final no le va a hacer ningún bien ni a ti, ni a mí. Algo mejor: ¿Quién eres? Aunque esa pregunta es ambigüa. Es un anzuelo para estupideces, para filosofía barata, seguro sabes a qué tipo de contrapreguntas me refiero. En verdad, cada cosa que podría preguntarte es una metáfora para la última pregunta: ¿Estás a salvo? Mejor, ¿te has salvado? No la salvación que podría darte Dios, yo hablo de la salvación racional en este mundo racional, se necesita una salvación racional y metódica en este mundo racional que puja por no serlo. Necesito poder cobijarme de este perspectivismo. No puedo tener un juicio de valor en mi cabeza porque es atropellado por puntos de vista que también son míos, son míos pero porque también son del otro. Necesito algo mío, algo personal, algo que también sea tuyo, algo que no pueda buscar en Internet... Y algo que se entienda, necesito algo directo, fácil, no más de 140 caracteres, pero no como lo que publica Jodorowsky, que puede prender una vela en el alma sin decir ni una sola cosa aplicable a la vida, y encima siendo inmensamente e implacablemente imperativo. ¿Te has salvado? ¿Puedes salvarme?
-Cuando te des cuenta que no hay salvación, estarás salvado. Te invito una cerveza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

papi