Una historia

Bueno hoy ha sido un buen día. Es bacán cuando uno se da cuenta de las cosas que tiene que hacer. Yo, por ejemplo, soy una persona muy metafórica, por así decirlo, me parece que ciertas cosas que hace uno en su vida diaria tienen una connotación casi psicoanalítica; hay cuestiones físicas que tienen un trasfondo psicológico e ideológico. Por ejemplo, afeitarse y renovación. Puedes no afeitarte por seis meses y tener una barba enorme, pero lo único que estás haciendo es dejar la barba crecer. Hay un cambio, pero con un trasfondo pasivo: No estás haciendo nada, solo viendo la barba crecer. Pero si te afeitas, activamente estás renovandote, si sabes a qué me refiero. Es enfrentarse al mundo de una manera más o menos diferente.

Claro, el argumento en contra para todo esto es que si te afeitas muy a menudo, te importa mucho tu apariencia, te parece un símbolo negativo la barba: Creo que para algunos, tiene una connotación negativa, casi pensando que al no afeitarte, estás demostrando que eres un flojo y que no te gusta hacer cosas diarias. No te gusta el sacrificio que implica afeitarse, cortarse una parte del cuerpo, porque prefieres hacer cualquier otra cosa. Eso puede ser una extensión de una "flojera", por así decirlo, mucho más profunda: No te gusta hacer nada. Te gusta dejar que las cosas pasen.

Lo cual, necesariamente, no es un punto malo, si entras en un análisis más profundo. La vida es solamente cosas que pasan. Andar planeando como vas a enfrentarte a esas cosas es poco natural. Pero no quiero realmente hablar de eso, quería mencionar que también existen los barbones porque les gusta tener una barbaza. Entonces quizás todas las otras razones que he dado en contra de la barba sean puras tonterías, quizás se resume a, "Me gusta la barba" o "No me gusta la barba". A veces siento que tengo que dejar de pensar en que todos (no solo yo) estamos demasiado pendientes de lo que piense el otro. No todos son así. No?

Ha pasado una hora. Todavía no he ido a afeitarme. Ha sido un buen día.